UNA VISITA A LOS CORRALES

Puede ser que alguna persona que haya leído el título de este escrito conozca el término corral, pero seguro que muy pocos habrán tenido la suerte de verlos funcionar en todo su explendor. Digo esto porque los corrales se remontan a la época romana y quizás incluso de la fenicia, aunque esto último no está demostrado. En la fotografía que aparece en el encabezamiento de mi blog se ve una zona de corrales perteneciente a la localidad de Chipiona y la que os adjunto en el texto se refiere a los corrales de la localidad de Rota.

La verdad es que merece la pena acercarse por Rota para verlos funcionar, cuando baja la marea en el horizonte aparece un campo enorme de piedras de múltiples tamaños, entre las que se pueden divisar muros que dibujan los distintos corrales que existen.
Los muros formados por piedra autóctona de la zona emergen creando unos círculos dónde la única salida y entrada se encuentra ubicada en algunas zonas llamadas caños, por dónde entra y sale el agua cuando sube y baja la marea, estos caños tienen una rejita para que el pescado no pueda escapar por ella cuando baja la marea, quedando así atrapado en el corral.


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